La fotografía contemporánea de RES es profundamente conceptual. En las tres series que se presentan en la exposición de Yam Gallery, el fotógrafo argentino, ganador de numerosos premios (Artista del año, Asociación Argentina de Críticos de Arte, Buenos Aires, 2002; Premio Nacional de Fotografía Fundación OSDE, Buenos Aires, 2005) y parte de colecciones internacionales (Chrysler Museum of Art; Colección Jorge & Martha Schneider, Chicago, EE.UU.), cuestiona la recepción del arte y su reinterpretación.

La serie Conatus, realizada en colaboración con Constanza Piaggio, ofrece una re-creación de obras de arte del Renacimiento. Más allá de la “mise en abyme” semántica (renacer el Renacimiento), el proyecto considera el inagotable tema de la relación de la fotografía al tiempo. Con gran empeño y afán de reconstitución histórica, los modelos de estas fotografías contemporáneas recrean las poses de las pinturas que las inspiraron. Estos retratos, que el ojo del espectador puede caracterizar y fechar como pertenecientes a una historia del arte más bien lejana en el tiempo, son parte de un inconsciente pictórico, de la formación de nuestra visión: el vidente opera una definición a priori de los códigos expuestos (los contrastes, las poses, los vestuarios), para luego confundirse por la combinación con elementos de nuestra época, empezando por el medio mismo sobre el cual se trabaja. Una vez más, estamos sometidos a la versatilidad de la impresión fotográfica: maestra de los engaños ópticos o testigo fidedigno del instante, la fotografía juega a reubicar nuestro punto crítico de observador. 

¿Cómo miramos el arte? ¿En qué medida estamos hoy conformados por la asimilación de las imágenes y relatos artísticos?

El artista RES trabaja en la serie Casillas con la superposición de obras de arte emblemáticas del movimiento  moderno sobre soportes inusitados. Pintando sobre las paredes de casas en zonas de alta pobreza, sale el foco de la cultura legítima en busca de lo marginal. La dimensión social e incluyente de este proyecto es clara: los dueños escogieron entre varias la obra que iba a estar reproducida, y fueron pagados por el trabajo de pintada. Representar elementos de la alta cultura sobre habitaciones precarias lleva a reflexiones originales sobre la movilidad del valor del arte: el soporte de la reproducción (la casita hecha de materiales recuperados) y la fotografía que atestigua este proceso, cargan ahora de forma intrínseca el valor del original. Otra vez el fotógrafo RES juega a desplazar nuestros puntos de percepción.

Así también en su serie Plantas. Aquí, RES pide a varios diseñadores de moda un vestuario propio para vegetales. La dimensión claramente estética de estos montajes impresos en grandes y hermosos formatos subsiste a la aparente grotesca escenificación: los troncos, las ramas y follajes de las plantas se encuentran arropados por unas piezas de tejidos lujosamente elaborados. El trabajo artesanal de gran precisión efectuado por los sastres cubre aquí un sentido de vanidad extravagante muy propio de la moda. Y el fotógrafo que inmortaliza este extraordinario desfile sin duda tiene, además de un sentido agudo por lo bello, un gran sentido del humor y de la subversión.